Nuestra historia

2La historia de la presencia de Jesús-María en Azpeitia-Loyola comienza en 1909. Desde hacía tiempo se deseaba una fundación en el norte pero los varios intentos no dieron resultado. La mayor dificultad se presentaba por parte del Obispo que no quería nuevas congregaciones de enseñanza en su Diócesis por haber demasiadas desde la expulsión de los religiosos de Francia.
……..La M. Mª de San Ignacio, Superiora Provincial de España, en una de sus visitas a San Sebastián se acercó a Loyola para conocer la Santa Casa y la Basílica. Quedó impresionada de la belleza del lugar y de su ambiente. Al despedirse, dirigiéndose al jesuita que les acompañó en la visita, exclamó: “Quién me diera la dicha de establecer una casa aquí, cerca de Loyola!

……..Gracias a la intervención de dos diputados y de los jesuitas se solventaron los obstáculos. Se compró el terreno que hoy ocupa el edificio y se encargaron los planos de la casa a un arquitecto de Bilbao. Cuando estaba todo dispuesto para empezar la construcción el 8 de septiembre, los graves acontecimientos de la llamada “semana trágica” de Barcelona modificaron los planes de tal manera que se tuvo que adelantar la venida de las religiosas y del Noviciado, que había que poner a resguardo, a una casa alquilada en el mismo pueblo de Azpeitia. El 19 de septiembre se celebró la primera Eucaristía estando presentes la M. Provincial y la M. General, Mª de Santa Clara, que se trasladó desde Barcelona a donde había llegado desde Roma para acompañar a las religiosas en momentos tan difíciles.

…….Las posibilidades para la construcción del nuevo edificio se presentaron en el año 1913 gracias a la donación de los Sres. Tuset, padres de cinco hijos: cuatro religiosas de Jesús-María y un jesuita. Se colocó la primera piedra el 10 de junio. El 2 de agosto de 1915 se inauguró con gran solemnidad. Faltaban todavía las pinturas del ábside encomendadas al pintor y muralista catalán Darío Vila que las concluyó en el año 1917. Es su única obra fuera de Cataluña y Palma de Mallorca. Fue otra gran bienhechora del lugar quien hizo posible esta pintura y demás decoraciones de la Capilla.